La Sevillana de Quetzaltenango

Severo Martínez procedente de la provincia de Asturias España, fundó en 1888 La Sevillana sobre la calle real del Calvario, en Quetzaltenango Guatemala. En sus inicios fue un restaurante y cantina, pero con el paso del tiempo se convirtió en una gran abarrotería o almacén.

Alfredo Martínez —hijo de Severo Martínez y que estudió contabilidad con los jesuitas en España—, a causa de una tragedia familiar vendió el almacén, y un billar contiguo, a finales de los 30 del siglo XX. La familia Martínez se mudó a la capital y abrió las puertas de otro negocio: Abarrotería La Marina.

La Sevillana fue finalmente adquirida por la familia Gutiérrez en 1947 y la trasladaron a la quinta calle y trece avenida de la zona 1 en el año de 1954 a un nuevo edificio. Este histórico almacén cerró sus puertas en el año 2010.

Severo Martínez Peláez, hijo de Rafael Martínez —nació en Quetzaltenango en el año de 1925 y estudio la secundaria en el Colegio Alemán—, es el autor de La patria del criollo, ensayo escrito durante varios años de investigación. La obra se publicó el año de 1970.

Créditos de la fotografía a quien correspondan.

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Ligeros apuntamientos sobre Quezaltenango

por Francisco José Cajas Ovando[1]

Nota del editor: En ocasión de que el 15 de mayo de 2021, Quetzaltenango arriba a sus 497 años de fundación, De mis apuntes comparte este interesante artículo.

Escuché al historiador Manuel Ubico Sánchez, en un interesante discurso dado hace años a la Legión de Santiago de los Caballeros, con ocasión de un aniversario más de la fundación de la bella Ciudad Colonial. El tema central fue la nominación de Santiago en Guatemala y varios países de América; naturalmente que, al hablar de la fundación de las ciudades, se debe citar a la primera de todas, Quezaltenango de la Real Corona, tal cual la bautizó don Pedro de Alvarado. Y esto de la Real Corona fue sello inconfundible del Adelantado; pues encontré varios pueblos en Chiapas fundados por él con ese apellido, cito uno, Chiapa de la Real Corona, también conocido como Chiapa de Corzo.

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Los tiempos que se fueron

El libro contiene recuerdos de un estudiante durante su adolescencia e historia relacionada con el Instituto Normal para Varones de Occidente. De la descripción tomamos: Nada es casual; existe siempre una cadena o concatenación de hechos previos a algo presente. Por eso, aparte de la historia de fundación del Instituto de Varones, el autor presenta, aunque breve, una serie de eventos sucedidos entre la independencia de Centroamérica en 1821 y los inicios de la revolución liberal en Guatemala y su toma del poder en 1871. Pasando por la historia del extinto Estado de Los Altos.

Como fruto de la revolución liberal de 1871 nace el Instituto de Varones a la luz pública en 1872, con sus luces y sombras, sin planificación, sin grandes consensos, o tal vez como una baza del destino, pero que incidiría de una manera notable en la sociedad quetzalteca y, por ende, en la guatemalteca.

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El salón Mariano Enríquez Mérida

También conocido como salón de actos del Instituto Normal para Varones de Occidente; este fue construido durante la presidencia de don Manuel Estrada Cabrera. El interés en construir este salón era desde el año 1873. Pero a raíz del terremoto de San Perfecto el 18 de abril de 1902 y que el edificio del Instituto quedó inservible, el presidente Estrada Cabrera ordenó construir un nuevo edificio con su respectivo salon de honor. La construcción de este se inició el uno de abril de 1907 y se inauguró con el resto del complejo en enero de 1914. Este salón no se construyó con piedra de cantera, como otros edificios del mismo estilo arquitectónico, pero gracias a su majestuosidad sobresale dentro de las instalaciones del primer patio. Con toda justicia, este lleva el nombre de Mariano Enríquez Mérida[1], patricio quetzalteco.

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