La semana pasada inicie una serie de sermones relacionada con la familia, continuaremos con este tema los días domingo en el servicio de celebración.
La mayoría de personas inician su vida matrimonial sin saber o conocer realmente sus responsabilidades delante de Dios y de la sociedad. La falta de conocimiento les hace perecer (fracasar) y la mayoría de matrimonios resultan siendo disfuncionales y los hijos que deberían ser de bendición solamente traen problemas y cargas a la familia, a la sociedad y al país donde viven.
Como creyentes debemos saber que toda maldición ha sido clavada en la cruz del calvario y que podemos caminar por un nuevo derrotero; la salvación o nuevo nacimiento, el perdón de los pecados cometidos es el punto de inicio, sin conversión no hay cambios, se puede iniciar o empezar estando convencidos pero al final las fuerzas se agotarán porque el verdadero creyente depende del Espíritu Santo para salir adelante.
Para tener un matrimonio y una vida familiar saludable primero debemos como personas estar comprometidos (as) y en comunión con Dios, si no todo esfuerzo será vano o inútil. Tome en cuenta una cosa: el tiempo se pasa y si usted no lo aprovecha después se lamentará. Cuando dejamos de buscar a Dios por hacer otras cosas que creemos nos serán de utilidad o ganancia ya hay ídolos en el corazón, nunca deje de poner a Dios en primer lugar, no faltando a su iglesia, no dejando de servir en la misma.
Los días jueves tocaremos diferentes temas doctrinales, este jueves 25 estaré compartiendo algunos aspectos relacionados con la interrogante ¿qué hay después de la muerte?
Debe estar conectado para enviar un comentario.